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domingo, 28 de julio de 2013

La culpa es del maquinista

Obsesión por ser europeo, por pertenecer a algo. ¿Y que es Europa? Un montón de ricos compitiendo por el control del dinero a este lado del Atlántico. Somos los paletos de Europa. 

España quiere ser europea teniendo la polla más grande del continente. Más aeropuertos, más kilómetros de tren, más mujeres en el gobierno... más paro, más fracaso escolar, más violencia de género, más corrupción, más costa destruida pero, no se preocupa; ha ganado el mundial de fútbol.

España se siente orgullosa de ser española. Se olvida de toda raíz y se recrea en el patriotismo barato que todos conocemos. Pintarse la cara bicolor o ponerse el polo con el cuello y las mangas de rojo y gualda. Se justifica: en otros países no es "malo" llevar la bandera de su patria. Bueno, en otros países esa bandera no es símbolo de 30 años de decadente dictadura. También se escucha mucho eso de: en la guerra los rojos también cometieron asesinatos, no solo los nacionales. Exacto, por eso era una guerra, una guerra que un grupo de militares fascistas empezaron por estar en contra de los ideales republicanos, unos ideales modernos que si nos habrían hecho "europeos". Remover la mierda es como llaman a la memoria histórica. Yo lo llamaría remover la sangre porque no es de granito su cruz de 108 metros de altura, visible a 40 kilómetros, para "perpetuar la memoria de los caídos de nuestra gloriosa Cruzada [...]". Cuantos muertos sin nombre cayeron para que todos lo recordemos y como herencia, tenemos los sucesores del golpe de estado escribiendo la constitución por la que hoy nos regimos. No existen los musulmanes en nuestra vida. No existen los fenicios, ni los celtas, solo existe la bandera. 

Y ahora hablan de la marca España. No se si hablan de la cicatriz que deja la herida que todos tenemos. Una herida que el odio no deja que cicatrice. Odio que produce el gobierno al ver como se enriquecen mientras familias se quedan sin casa, como el dinero de una vida de trabajo se reduce, como los bancos se lo quedan, como suben los precios, como tenemos menos derechos y como, por mucho que queramos, no podemos salir de este sistema impuesto por alguien en algún momento.

Y seguimos sintiéndonos realizados si vamos a una manifestación una vez cada tres meses, o protestamos un poquito todos los días en la puerta del colegio cuando vamos a recoger al niño, pero en el fondo lo sabemos: que voy a hacer yo. No te puedes imaginar el poder que tiene el pueblo. Ahora, pon la televisión y piérdelo. El gobierno seguirá ahorrando hasta el punto en que no le importen las vidas ni de sus votantes. La gente con poder querrá más poder y la carne de tus hijos serán la que coman los suyos. No voy a hablar, no voy a protestar, a pedir explicaciones, a luchar, no porque, total, la culpa es del maquinista.

Todos con Galicia. 

miércoles, 3 de julio de 2013

Las golondrinas nunca viajan solas

Llegado a este punto, la contrariedad se cierne sobre mi, como siempre en realidad, pero esta vez de forma consciente. Al fin de cuentas, y sabiendo todo lo que hay que saber, me alegro de tu situación. Me alegro de que puedas estar lo suficientemente bien como para volver a sentirte querida y, me alegro que haya sido tan pronto. Las secuelas se cierran y se acaba aprendiendo de ellas. Todo lo malo acaba ocurriendo por un bien mayor. La contrariedad entra cuando los sentimientos chocan los unos con los otros y, ese bien que puedo sentir hacia ti se nubla por una corriente de celos que sopla muy fuerte. Es difícil de controlar, aunque sepa que no tienen sentido alguno.

Hay tantas cosas que no te he dicho y me queman por dentro. Duelen, como heridas abiertas que van cicatrizando según las vas sabiendo. El problema es que solo causaría un recuerdo que no llevaría a nada. Las sabrás, te prometo que las sabrás, en su momento, aunque poco a poco se me escapan algunas.

Te mereces la gratitud que has dado. La vida te va a compensar, no deja a nadie indiferente y nadie es desgraciado para siempre. Tarde o temprano llega el Dharma, si quieres llamarlo así, y va poniendo todo en su lugar. Tu lugar está entre los más bonitos de la tierra. Me lo imagino con un río que fluye todo el año, para que no dejes nunca de aprender cosas, y ese sol que da calor, como el de la primera hora de la mañana, cuando amanece, que hace que la vida vuelva a penetrar en ti. Y al pensar esto, al desearte el bien, siento que puede ser el amor más sincero que puedo dar, el más puro, y siento paz con migo mismo aunque, la contrariedad vuelve a entrar. Ahora que puedo llegar a sentir este amor sincero estando sin ti, deseo tenerte cerca.

No soy yo quien controla la ley natural del tiempo o el estado de las cosas, y no soy yo quien vaya a variarlo. Cada cosa tiene su tiempo y, haya pasado o no haya pasado el nuestro, no es ahora y no voy a ponerme a correr. Prefiero llegar tarde por el camino correcto. De momento me gusta pensar que las golondrinas nunca viajan solas y me resulta demasiada casualidad que, el macho de la pareja que anidaba en mi porche, sigue viniendo solo, tras perder el nido e irse la hembra, y canta fuerte, despertándome todas las noches. El único canto que se oye en la noche, el suyo. Llama a la hembra, y la hembra no vuelve, y no se si volverá. Señales del destino en el que no creo.

No se si será un adios lo que canta, o un vuelve por favor, pero, diga lo que diga, seguro que incluye un "cuidate".