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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cambio de mente en el siglo XXI

Y si el mundo cambia, yo quiero cambiar con él. Tengo que dejan de pensar en cambiar el mundo, y por supuesto, no dejaré que el mundo me cambie a mi. Adaptación, desde siempre, ha sido el truco de las todas especies vivas para seguir estándolo. Los sabrosos frutos del Nopal desarrollaron pinchos para que los pájaros no se los comieran. Y los pájaros solo tardaron unos pocos miles de años en desarrollar picos más largos para esquivar las espinas, y garras más duras para no hacerse daño cuando se posaban sobre sus hojas carnosas. 

Ahora veo que mi celebro necesita adaptarse a un planeta que no puedo sanar yo solo, y que es la única opción que me queda a parte de la auto destrucción. Dejar de pensar en la enfermedad del mundo para no enfermar yo. Necesito ver la paz que aun habita en lo alto de las montañas. Respirar el aire gélido y sentir como los pulmones se enfrían dentro del pecho. La vida que acompaña a un paseo por el bosque. Ese silencio ruidoso de pájaros peleándose por un sitio donde dormir, e insectos revoloteando a mi alrededor. Despertar una mañana temprano y ver la humedad de la que son testigos las briznas de hierba, en forma de gotas de rocio. El olor que desprenden todos los frutales, todas las verduras de una huerta en verano, cuando el sol ya se ha metido pero aun conserva una tenue luz. Cuando el cielo cambia poco a poco de color a medida que pierde intensidad y notas la tranquilidad, la paz. 

Y a esto es a lo que llamo adaptación. No voy a acostumbrarme a los interminables atascos, solo  lo sustituiré por un remojón de pies en un riachuelo. Cambiar la palabra crisis por crisálida. Economía por ecosistema. Política por polen, aunque me de alergia, es menos que la que me dan los políticos. 

Y así, poco a poco, espero tornar la vida de la que solo yo tengo las riendas, y convertir una lucha en un sueño. Me seguirán afectando las injusticias sociales y las falsas esperanzas que nos venden los medios, pero, sabré que la solución no llorar, si no apagar la tele y darle un abrazo a mi perra.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

25S. Perdiendo el rumbo.

Ya he leído todas las portadas de los periódicos, he visto todos los vídeos de Youtube, he observado todas las fotos y he leído todos los comentarios de las redes sociales. Pero lo más importante es que estuve allí, y toda esta información que se publica hoy son los hechos vistos desde los ojos de los demás. Es de mis ojos de quien me fío, de mi raciocinio y mi sentido de la justicia.
Ayer, 25 de Septiembre de 2012 será un día recordado en la historia madrileña por todos los que oímos los gritos de rabia y de miedo cerca de nuestros oídos, vimos la violencia con nuestros ojos, o sentimos el picor de una porra contra nuestro cuerpo. Fue el día en el que la corrupción de las cortes se tiño de un color rojo sangre, y el deseo por un mundo más justo se vio apaciguado con una pelota de goma. 
El estado utiliza muchas herramientas para conservar su puesto y a sus dirigentes. El miedo es la más recurrida, y una forma de hacerlo correr es mediante la violencia. Una de las máquina que mueve este miedo es el cuerpo de antidisturbios que ayer tan poco profesional se comportó. Dicen que defienden al pueblo y al ciudadano, pero cargan contra él. Primero, radicales montando disturbios con capuchas y banderas rojas y negras que resultaron ser policías secretas y ayudaron a detener gente. Luego, acosos y malos tratos a los reporteros gráficos que tomaban imágenes, palizas, linchamientos, agentes sin identificación, abusos, y finalmente el hombre que quedo paraplégico de un porrazo. Varios agentes entraron a última hora en la estación de Atocha golpeando a manifestantes y usuarios indistintamente. 
Detenidos y heridos son solo hoy números para los medios. "La ultra izquierda", "radicales", "golpe a la democracia", "golpe bajo a la marca España", y comparaciones con el 23-F son algunos de los titulares que he leído en la prensa de derechas. Nunca la manipulación de la información había sido tan clara. Los violentos somos nosotros, los que exigimos justicia. Y he de decir que desde nuestro bando fueron lanzados latas, botellas, piedras y todo lo que podía estar a mano, y lo justifico. No puedo quedarme sentado viendo como golpean a mis compañeros. Nuestro enemigo es el estado corrupto representando con el congreso, y la barrera policial su arma. Hay que pasarla por encima. No es la violencia gratuita y los disturbios lo que defiendo. 
Ayer se cometió una injusticia, y no puede quedar impune. 



Imágenes que muestran las primeras cargas policiales sobre las 19:00



Abusos cometidos en la estación de Atocha contra los reporteros gráficos


domingo, 22 de julio de 2012

El pesimismo impera habitualmente, y poco a poco, se va apoderando de cualquier deseo o esperanza que se me pueda ocurrir. Y no sin razón. Nunca he visto tanta maldad como la que corre últimamente por las calles, a su libre albedrío. No se si es por la ignorancia del niño que no me hacía darme cuenta de lo que pasaba a mi alrededor, o porque realmente es así, y cada vez vamos a más en lo que a desastres humanos se refiere. Será mala suerte que en la cúpula, en lo alto de la piramide social, gobiernen los más malos. O será parte de la naturaleza del hombre, que cuanto más alto nos permiten volar, más pequeños vemos al resto de las personas que están por debajo. 
El mundo tiene un orden cada vez más simple cuanto más subimos. Si alguien protege algo es porque le importa, y por eso los jefes protegen su puesto. Por eso los obreros protegemos a nuestra familia, a nuestras pocas pertenencias, y a la dignidad que nos hace ser quienes somos. Por eso el soldado defiende su patria y por eso yo no pienso defenderla. Y supongo que por eso la policía defiende al... ¿ciudadano? ¿ley? ¿poder?. No se que malditas razones tendrá la policía. 
El caso es que la fuerza con la que los grandes defienden sus grandes cosas, aplasta como un mazo a los pequeños. Y cuando son los pequeños los que defienden sus pequeñas cosas, se tambalean los cimientos de los grandes. Y es que las casas se construyen desde abajo, pero desde el tejado se ve mejor. El mundo está construido como una casa con muchos más ladrillos que tejas. A mi me gustan las torres, sin tejado, y con todos los ladrillos iguales desde el suelo hasta el cielo.
No me apetece hablar de conspiraciones, del hipotético ataque terrorista de las olimpiadas de Londres, de organizaciones secretas o del filtro informativo. Hablo en un nivel humano, en lo que nos hace personas, o mamíferos inteligentes al menos. De ese pequeño concepto de bien o mal que veo tan torcido últimamente.  

miércoles, 14 de marzo de 2012

Es un contigo. Es un sin ti. Pásalo bien, y que más voy a decir?. A veces pienso que no merezco lo que me hacen merecer y para los que sois mira, estoy arto de tener que aguantar la maldita incertidumbre que me taladra el cerebro. Siempre pendiente de alguien, siempre esperando algo. Para que voy a molestarme, si se como terminan estas cosas. No tengo ninguna esperanza. Estoy arto de entenderlo todo.

martes, 6 de marzo de 2012

Mariposas muertas


Que es la vida más que un barco que navega a la deriva, o las lagrimas el recipiente de algo que nunca se olvida. El motivo de la escritura aun sigue siendo un misterio, solo es tinta que se agota mientras vacia el cerebro.
 Las flores amarillas nunca viven hasta enero, otro enero que recuerda que el tiempo no pasa lento. Una canción que motiva, o una foto que me anima llenan las horas vacias de todo lo que conservo.

Y otra vez, a respirar, sin pensar en el desvan donde hoy encierro, a un alma que solo sabe traficar con ceniceros, alma que me desnuda, alma que me repite desde dentro que el silencio es el arma principal de los entierros
Mudo es el nudo que me atrapa la garganta y miento, sonriendo al conocer cada duna del desierto, y hablo, sin poder hacer sonar una palabra y ando, homenajo al tiempo de los más necesitados
 las tazas de café no son más que el recipiente de unas bocas que no hablaban, ojos que ya no se miraban y lagrimas que se vierten, por el recuerdo inminente del día que supe mi suerte, y las mariposas dieron al estomago su muerte.

miércoles, 8 de febrero de 2012

Y mientas en Siria...

Y mientras en Siria mueren 50 personas más, en España miramos a Rajoy con ojos de cordero. Tenemos esperanza en él. Sabe de lo que habla. Siempre que ha contradecido a su opositor era porque tenía una solución, pero llevamos más de un mes y ya ha contradecido sus propias palabras y tragado sus promesas.

Y mientras en Siria mueren 50 personas más, Merkel se inventa algunos ajustes más para que los obreros de siempre colaboren un poquito más en sacarnos de la crisis. No puede tocarse el sueldo de una lider europea, tiene que tener imagen, salir en la tele y por lo tanto, ir a las mejores peluquerías. En cambio, obrero alemán, tu espalda puede sufrir cualquier peso que la cargues porque, ¿para que la quieres? Y encima, tienes esa extraña dignidad alemana de callarse, y aguantarlo todo por tu patria.

Y mientas en Siria mueren 50 personas más, en Irán refuerzan su armamento para defenderse de los valores occidentales. No se si se puede tener más paranoia. El resultado del odio y de una represión constante.

Y mientras en Siria mueren 50 personas más, Estados Unidos... bueno. Mejor no hablo de eso. Banderitas americanas en el garaje.

En serio. En siria han muerto 50 personas más.




jueves, 26 de enero de 2012

Justicia

Justicia es un término tan subjetivo como inconcluso. No hay justicia para los hombres siempre que sean ellos quien se juzguen. Nos basamos en leyes, pero esas leyes las escribimos nosotros. ¿Qué tiene de justo entonces escribir las normas en las que más tarde basaré mi inocencia? Podriamos decir que es entonces lógico pensar que nos deberiamos basar por la ley divina, pero Dios murió hace casi dos siglos. ¿A qué leyes hacemos caso?¿Quién traerá el orden?. 
Me parece muy feo emparejar el orden con la justicia. No es justo dar la razón al más ordenado. No creo que nadie sea merecedor de imponer o elegir una justicia o unas normas, ni un juez, ni un rey, ni un estado. Todo nace con una ley natural a la supervivencia, o en el caso que no sea un ser vivo, a la dureza, al paso del tiempo, o a la regeneración, hasta que inevitablemente el tiempo lo destruye. Solo nosotros como seres racionales juzgamos. Solo nosotros hacemos de nuestras acciones juicios de valor, atribuyéndolos en muchos casos castigos, al no coincidir con una serie de frases que alguien escribió, pero no premiando nunca su obediencia. Esto es porque tenemos que comportarnos así por naturaleza, y no se tiene que premiar, solo se tienen que oprimir los actos "negativos", pero, al ser la justicia inventada por el hombre, nunca podrá ser por naturaleza. 

Volvemos a la pregunta. Si no nos basamos por las leyes humanas, ni por las divinas, entonces ¿por cuales nos basamos?. No voy a decir que por ninguna. Creo que hemos alcanzado un nivel demasiado alto socialmente que, aunque lo haga apretando los dientes, la justicia humana es necesaria, pero injusta a la vez. Que ironía. 

Y mientras me planteo que es justo o que no, un marido celoso vuelve a maltratar a su esposa. ¿porqué justicia nos movemos?... solo dime si esto lo ves justo. 

Y entonces llega Garzón a defender la justicia humana y esta es lanzada contra él para impedírselo.
Y entonces llega Camps y utiliza la injusticia para que la justicia humana lo declare inocente.

Me da igual lo que sea que hayan hecho. Los dos casos son injustos... ¿bajo la justicia humana? No. Bajo mi ética, mi pensamiento, y mi única percepción de la justicia. Lo demás, lo ha decidido otro.


domingo, 15 de enero de 2012

El Bosque Umbrío

Y la niebla es cada vez más densa, tanto que hace ruido, y puedo oírlo. Es suave, ligero, con muy poco volumen. No hay luces que iluminen, que traspasen el cada vez más tupido velo que ofrecen las nubes al bajar. No hay ningún camino marcado excepto los rastros que dejaban los animales al pasar, mucho antes que yo por este mismo lugar. Las jaras no manchan con su conocido pegamento, pero el rocío que fluye por sus hojas es suficiente para mojarme. ¿Qué puede pasar ahora? Nada. Nada excepto la niebla, la silueta de un árbol que se acerca, o el canto de un búho muy lejano, haciendo de instrumento solista en la caída del sol. 
Inminente. Es el adjetivo que mejor define a la oscuridad en esta situación. Tonos oscuros, verdes y marrones, nada de azul en el cielo, ningún rojo tiñe las nubes, ningún morado anuncia el fin del día. Gris, es de lo que estoy rodeado, y de esa sensación a humedad. Se respira muy bien.
El musgo hace que andar sea mucho más cómodo. Arboles secos, muertos, no se ven como algo triste. Recubre el liquen sus extremidades caducas, el cadáver de lo que estuvo vivo. Pertenecía al bosque en vida, y sigue siendo parte de él en muerte. 
Primer escalofrío, primer síntoma de que la noche se acerca. El camino sigue sin aparecer, pero se dónde está. No quiero seguirlo, quiero ver el lugar donde se despierta el búho que lleva un rato sonando. El canto se pierde entre la espesura, acompaña a la umbría. Umbría. Esa es la palabra.
No quiero ver otra cosa, no quiero oír otra cosa, no quiero pensar en otra cosa. Es el bosque y yo. Es todo lo que tiene, lo que posee. Soy parte de él en este momento. No quiero salir hasta que el frío me empuje a hacerlo. No soy más que un visitante, en el bosque umbrío.

lunes, 9 de enero de 2012

Diosa fortuna

Cuando es la Diosa Fortuna la que sonríe, su reír se contagia fácilmente, ya sea porque las monedas brillan más cuando las da el sol, o porque un corazón sano siempre ama mejor. ¿Quién se encargó de darle suerte a la fortuna?
Cuando la lluvia se convierte en una cortina densa y gris se hace más difícil conservar el optimismo. Un hecho tan cotidiano, tan natural como el ciclo del agua pude ser un gran exponente de tristezas.

Es una metáfora.

Sin causa, bajamos la mirada al suelo. No nos interesan los huecos entre las baldosas aunque difícilmente intentamos esquivarlos, no vaya a ser que la mala suerte nos encuentre de verdad. Y entonces llega el viento y se nos mete por los diminutos huecos de las costuras de la chaqueta. No verifiques lo que ni siquiera tiene una base. No tiene sentido? Lo se, pero es humanamente inevitable.