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jueves, 16 de abril de 2020

El individualismo como herramienta de control de masas.

La televisión y el teléfono móvil son nuestros medios de recibir noticias del exterior durante el confinamiento. La información viene filtrada por estos aparatos, mostrándonos la cantidad precisa y necesaria que cada medio considera. Ver el mundo desde la ventana de otro, que es profesional para lo bueno y para lo malo. Y por eso, editoriales de derechas o de izquierdas cocinan la realidad de tal forma que no notaremos la falta ni de sal, ni de azúcar en el mejor de los casos. El torrente de fake news es tan exagerado y dice tan poco de la capacidad crítica de la población que incluso duele. La libertad de pensamiento individual suele verse corrompida por una colectividad en pánico, y los propios terrores individuales se vigorizan. 

En una sociedad mermada, sin reflexión y con su gestión total puesta en manos de los poderes, es muy fácil el manejo de las masas. Cualquier acto social ha sido interrumpido y relevado por las herramientos de los estados, y el individuo es informado por sus comunicadores. Una disociación de la realidad impuesta por un bien mayor y común: nuestra seguridad. Un pensamiento muy peligroso sin espíritu crítico. 

Encontramos la vertiente de la solidaridad como tendencia. La empatía era algo que llevamos necesitando desde hace muchos años pero, la transformación de esta en una moda, llena de actos solidarios de compartir conocimientos, cultura y ocio por las redes sociales o de puerta a puerta, no creo que sea el futuro al que nos encaminamos. No digo que esté mal, pero cuando termine el confinamiento, sencillamente, será reemplazado por la siguiente moda. Es un planteamiento aparentemente pesimista, pero la evolución como sociedad se tiene que basar en pilares más sólidos, no en aplausos en los balcones.

De otro lado, el individualismo más desagradable, que antepone el valor personal sobre el bien colectivo, puede pasarse de rosca ante una sociedad en pánico. Como decía antes, es muy fácil dejarse llevar por el miedo, un impulso natural que nos hace olvidarnos de otra ley natural e implícita en el ser humano: la colectividad. Y el miedo bloquea cualquier cuestión ajena a la supervivencia individual, rechazando la crítica a una autoridad que se nos presenta con cara de salvadores del mundo. Como decir que no a quien nos vende seguridad cuando tenemos miedo, sin ni siquiera plantearnos de qué herramientas dispone. La muertes es una posibilidad a asumir y es aterrador. 

Una mezcla perfecta de ambas vertientes es la sociedad aplaudiendo la donación de mascarillas de Amancio Ortega y su fortuna, y por supuesto su confinamiento asociado a dicha fortuna, mientras el colectivo de basureros limpian las calles. Basureros que manejan residuos de sanos y enfermos. Interpretamos como acto solidario una única y repentina donación de un individuo famoso, pero un colectivo que está funcionando "como siempre", no deja de ser algo dentro de la normalidad que olvidamos aplaudir. Esto indica la poca capacidad que tenemos para entender la gravedad de la situación, una situación límite que ha puesto en entredicho la estructura misma del sistema. El estado del bienestar no se construye por la generosidad de los ricos (Norbert Elias). 

Globalización, libre comercio, libre turismo, no tener fronteras. Al final este sistema de oportunidades se ha colapsado porque cada oportunidad para el individuo suponía un salto para el virus. Y lo peor vendrá si la solución al problema es un proteccionismo basado en la represión. No es el momento de pensar los unos en los otros porque siempre debería haber sido así. Es una característica que este sistema de oportunidades nos hace olvidar. Somos animales sociales, punto. 

Perdemos el tiempo buscando culpables si no podemos ver con perspectiva la situación general. Nadie ha votado al virus, pero si se ha propagado rápidamente gracios a millones de vuelos, de turistas, de ejecutivos, de inmigrantes que salen a buscar algo mejor. No es más importante señalar con el dedo que plantearse el funcionamiento mismo del sistema del exceso que ha fallado. 

Y queremos volver a la normalidad olvidando que, hasta antes de coronavirus, no existía la normalidad. Al no ser que la normalidad sea sinónimo de la pérdida de ecosistemas, el calentamiento global, la violencia machista, los ahogados en el Mediterráneo, las guerras que siguen activas o la desigualdad social. Me niego a aceptar que eso es normal, y por ello, me niego a volver a ella. Quiero salir del confinamiento y abrazar a mi pareja, a mis amigos y ver las montañas de cerca, pero por nada del mundo regresar a la imagen de normalidad instaurada por las pantallas de las que hablaba al principio, y por los estados vendedores de seguridad y oportunidades.

lunes, 6 de abril de 2020

Ataudes en la Gran Vía

El partido de últraderecha V O X ha publicado una foto de la Gran Vía de Madrid llena de ataúdes con banderas de España sobre ellos, con el tratamiento típico de los muertos de guerra, acompañada de un texto que decía que la imagen "rerata perfectamente el dolor de esta tragedia que el Gobierno y sus satélites mediáticos pretenden ocultar". No me dedicaré a analizar nada, ni siquiera el hecho de que gran número de respuestas sean negativas hacia la imagen incluso de parte de sus votantes, o que el autor de la imagen original haya respondido diciendo tomar acciones legales. La imagen es tan repugnante y me causa tanto dolor y tanta rabia que me dedicaré unica y exclusivamente a vomitar un tropel de palabras de forma automática, según salgan y en segunda persona, como si el partido fuera un ente a quien estuviera hablando.



Tú, asquerso, no tienes ni idea de cómo es mi dolor. Un fotomontaje chungo no retrata ni de lejos un dolor social, y menos si viene de un partido político, y menos si este partido es conocido por potenciar las noticias falsas. La respuesta es lógica: con los muertos no se juega. Afirmación muy aceptada en España aunque los muertos en realidad se olvidan, se usan y se cambian de bando una y otra vez a la voluntad del narrador. Ya podrían haber hecho un montaje con una gran cuneta en vez de con tantos ataudes, que donde realmente van los cadaveres de quienes no importan. Por supuesto, el asesino es quien dicta donde se entierran, pero, ¿Quién es el asesino en este caso? Hace unos días eran los chinos, y hoy es el gobierno. Maldito sea tú nacionalismo ficticio que convierte cada problema en externo y cada potencial en interno. Da igual de que hables, no tienes tiempo para la reflexión, no lo hay. Solo lo tienes para el despecho, para la acción directa sin importar las consecuencias o la gravedad de la situación. Pero combatir nacionalismos con más nacionalismo es como ducharse con barro y por eso mismo, nunca podremos estar limpios. 


¿A qué viene esta desviación hacia el nacionalismo? A que creo fírmemente que esos ataúdes no contenían personas, si no españoles. Y no con esto digo que los españoles no seamos personas, nada más lejos. Lo somos, y cuando morimos, son las personas las que mueren, españolas o no. La muerte, como esta epidemia que nos acompaña, nos pone en el mismo lugar, pero has elegido crear separaciones hasta en los muertos. Es la forma más macabra que he visto de defender una linea de pensamiento. No solo mueren los españoles. No solo sufren los españoles. No solo se contagian los españoles, pero tú, ser repugnante, has decidio resaltar lo que para ti era prioritario y hacer campaña con ello. Creo que todos sabemos que las cosas no están para tirar cohetes, pero es práctica lógica que la oposición se mantenga en una situación de apoyo por el bien de todos (españoles incluídos). Tú has decidido practicar el rapiñeo y jugar con una de las cosas que el virus no tiene en cuenta cuando contagia: la nacionalidad.


También, las palabras que acompañan a la imagen, que no se me ocurrirá publicar aquí, hacen mención a unas "mentiras", algo que nos ocultan. Es de primero de cospiranoia decir que el poder nos oculta información. Luego te dan como respuesta una fantasía que se acuña como verdad absoluta. La ignorancia y una situación de incertidumbre y debilidad hace el resto. Y por esto mismo, la tierra es plana, las pirámides las construyeron hombres largato y tú asqueroso partido ha tenido tanto crecimiento el último año. ¿Qué técnicas estás utilizando?


Mentiría si dijera que no me siento más cercano a este gobierno que a otros, a pesar de que no sea mi primera opción pero, y haciendo la relfexión que te falta hacer a ti, creo que si gobernase cualquier otro estaría intentando y esforzándome por ver la lógica de cada decisión que toman, porque creo que un estado democrático no mata a los suyos. Tengo ciertas dudas de que tú no mates a los tuyos dado que la bandera importa más que la persona, al no ser que los tuyos solo sean los españoles. Yo también soy español, me encanta serlo, y te escupiría en la cara. Qué feliz serías en las Cruzadas.


Y así, poco a poco vas potenciando algo que has visto que funciona pero, que en algún momento, será tan excesivo que se convertirá en un absurdo, en un disparate o en el esperpento que tanto caló en España a principios de siglo. Eres grotesco y mereces caer al precipico al que tanto te estás arrimando. Pero al final, y aunque sea con un odio inmenso, estoy hablando de tí.