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miércoles, 3 de abril de 2013

Mierda España.

Llegamos a un punto con un olor demasiado fuerte que atare a las moscas de todo el panorama. Moscas que acuden a la mierda nacional en la que, parece ser, somos piezas de un juego al que otros juegan. Se ha abierto una brecha. Tal es la devastación y tal es la degeneración que las leyes que los ricos escribieron se vuelven contra ellos mismos. Han sobrepasado la barrera de silencio. Casos de corrupción que implican a la casa real, a empresarios, a la cúpula del partido gobernante, a la oposición. El pueblo duerme, y cuando despierta nos llaman terroristas. Como pueden compararnos con una grupo armado que asesinaba. Va en contra de la constitución dicen, vaya, como dejar a alguien sin techo. Como la monarquía, anticonstitucional, y firmada bajo su nombre. Eso no es terrorismo, solo lo es cuando las víctimas son ellos. Terrorismo es lo que merecéis que os hagamos, como venganza por los daños causados, por injurias y por actos. ¿Las personas que se han suicidado antes de ser desahuciadas se considera también terrorismo? Mientras tanto, los procesos judiciales que acusan a nuestros gobernantes van lentos, y se esquivan muchos de ellos con artimañas legales. Igual que cuando se judga a un preso político vasco, en este caso todo es rápido y nadie da problemas. ¿Quién merece estar en la cárcel?. No, ellos no, ellos merecen quedarse en paro, con su patrimonio en 0 y sin casa donde vivir, y que miles de personas a diario les recuerden porque están ahí. Pero alguien hará algo, o alguien se saltará algún papel o aprovechara alguna ley para que el mismo diablo se escape del infierno. Entonces se pasará la crisis y olvidaremos que todo esto ha pasado gracias a los créditos que nos concederán los bancos y las casas que nos compraremos en la playa. Y vuelta a empezar otra vez. Ojala la crisis dure lo suficiente como para que todos los cerdos sean ajusticiados.

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