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jueves, 20 de junio de 2013

Sobre el ego


Poco a poco, la humanidad se ha ido cubriendo de leyes y normas que regulan nuestra conducta natural. Junto con algunas cualidades nocivas para ser humano, fue creado el ego. La naturalidad con la que nacemos, y con la que somos niños poco a poco se va tornando en una imagen de nosotros mismos que no es real.  Si te dicen que es el bien, y que es el mal, tu capacidad de deducción ética deja de funcionar y cuando por conducta natural sientes que algo es bien cuando las normas dicen que es mal, se crea una personalidad paralela a la que realmente eres: la que quieres ser. No puedes desarrollar tu ética si ya te la dan escrita. Tus principios dicen una cosa pero tu dices y te comportas de otra totalmente diferente porque así está establecido que sea. No me estoy refiriendo solo a las leyes estatales, o a los derechos humanos, esto puede llegar hasta las normas personales que uno mismo se impone porque ansía ser como en realidad no es. Por tanto, entiendo por ego a ese falso yo que somos sobre nuestro verdadero ser. Si perteneces a una determinada tribu urbana que defiende la libertad a la hora de vestir, así lo vas a predicar, pero después, tus propios prejuicios van a encontrar negativa a otra persona que sus vestimentas coincidan con las del colectivo contrario al tuyo.  
El ego crea una elevación de la persona sobre el resto. Admiración propia. Te hace hablar en tercera persona, cuando debería estar hablando en primera ahora mismo, ya que ¿como voy a ser yo así si repudio esto?, no tengo que dar lecciones a nadie. Me hace ser quien realmente no soy y por lo tanto, altera mi conciencia al estar llena de contradicciones. Si de verdad obedeciera a mis principios, si lo hiciera fielmente, sin ego, sin falsas apariencias, descubriría por ejemplo que el amor es cosa de dos. ¿Quién soy yo para creerme más querido?. El ego me provoca dar por hecho las cosas ya que, ¿porqué voy a esperar y a explorar un caso si lo primero que me ha venido a la cabeza es lo correcto?. No me permite el beneficio de la duda porque estaría dudando de mi, y el ego no me deja dudar ya que se cree mejor. La solución es ponerse al nivel del resto de la humanidad, no por debajo, ni por encima, al mismo nivel para poder mirarlos a los ojos y ver en ellos lo que realmente te gusta de cada uno, olvidando la imagen que quiero dar. Sinceridad contra el ego, en todo momento, y humildad, mucha humildad. El ego hace que me sienta protagonista, importante, desencadenante o incluso culpable, olvidando que pertenezco a un colectivo, a una sociedad, a un organismo en el que humanos, animales, plantas y demás seres tenemos la misma importancia y no podríamos vivir los unos sin los otros. ¿Porqué entonces mi ego está sobre ellos? Si comprendo esto, si lo comparto. Este falso yo debe morir pues mi ser es otro, con sus fallos y sus virtudes pero es el verdadero y eso es lo único importante. A quien no le guste, que no mire. Ya he cometido demasiados errores por vivir dentro de mi ego y no dentro de mi ser real. No voy a suponer sobre tus sentimientos pues, no soy nadie para poder adivinarlos. No voy a suponer nada. No voy a ser algo, si no parte de algo.

Y la hiedra tapó por completo el tronco del árbol viejo, dejándolo tan verde...

1 comentario:

  1. Y el ego tronco del viejo árbol Se deja vestir por la hiedra verde y fresca para mostrar los demás lo que de verdad somos y queremos ser...

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