Busco, sensaciones furtivas, una mirada lasciva,
un placer pequeño, palabras que me dibujen sonrisas.
Una canción como amiga, un recuerdo de alegría,
un ideal fuerte, la lucha por lo que es justo, la guerra como enemiga.
Olvido melancolías, lo que las leyes prohíban,
quiero que se transformen, lamentos en melodías.
Busco un mundo que respira, y no tenga a Dios como guía,
lo que te apene esta noche será la luz de tus días.
Que cierren todas las puertas, que lleven a la codicia,
que las tripas no se llenan con la carne de las minas.
Quiero ver bosques de encina, donde solo quedan ruinas,
y que las manos que coges, no estén ni muertas ni frías.
Que no haya mentes vacías, ni hombres con avaricia,
que se olvidan de las vidas, que asesinó su codicia.
Que el sonido de tus lagrimas, se juntarán con las mías
y esperarán a aquel beso que nos devuelva la vida.