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jueves, 28 de abril de 2011

Tomándome una tila mientas se me pasa un poco la borrachera que llevo. Las fiestas universitarias es lo que tienen. Al final, escribiendo en el blog no se el qué, simplemente me apetece hacerlo, ya sea porque llevo carrerilla a la hora de teclear, o porque me mola hablar en nombre de ese "yo" que mola cuando escribe en el blog, aunque en la realidad, sea una persona con diferencias bastante marcadas.
Me encanta soñar con mundos totalmente desconocidos para mi, y no me refiero a la indochina, o a cualquier tierra lejana, me refiero a un mundo en el que la gente no muera por gente. Me produce bastante pena ver como el mismo que estudia medicina es después el que hizo volar hiroshima, o como el premio nobel de la paz es cualquier rico trajeado.
Ahora mismo veo como mi perra, tumbada aquí al lado bosteza y se estira, cierra los ojos e intenta dormir a pesar del sonido del ordenador, o la luz que desprende la pantalla. Eso me esboza la sonrisa que necesitaba en un momento en el que todo son desgracias. En un momento en el que pensar en algo que no sea totalmente cercano y banal puede producir lagrimas de tristeza. E incluso, siendo así, lo hace.

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