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viernes, 4 de noviembre de 2011

Frío cálido

Lo que pasa después de cerrar los ojos es casi tan desconocido como rodear un iceberg bajo del agua. Cae la nieve y el frío poco a poco cubre todo lo que conoces. Estar tumbado en el suelo es tan peligrosos como envolvente. Olvida todo lo que has aprendido y solo recuerda lo que has vivido. El momento en el que una mano deja de agarrar la tuya, desvaneciéndose poco a poco esa fuerza protectora que te da la respiración. Da igual lo que pesen los párpados. Da igual que la boca se abra dejando entrar la nieve. Dan igual los escalofríos y las tiriteras. Como esté el mundo, como vaya a terminar importa demasiado poco en este momento. No hay luz al final del túnel. Realmente, tampoco hay túnel, pero si cielo, y sabes de un alma que quiere volar. Siempre has soñado con ello, y ahora tienes la oportunidad de relajarte sobre el colchón que el invierno te ofrece. No es una jaula lo que tienes que abrir, es simplemente otro paso. El silencio será el último sonido que oigas. El frío la última sensación, pero no un frío desagradable, si no cercano, un frío cálido incluso. No derraméis lágrimas porque tendréis que hacerlo demasiadas veces y demasiados días. Es mejor el recuerdo que la melancolía. No hay nada mejor que despedirse con una sonrisa. La paz llena lo que antes era guerra. La tranquilidad vence al estrés y entonces puedes irte tranquilo. Es el único momento en la vida que puedes sentir la muerte, y la prisa o las ganas de sentirlo solo impiden el proceso natural que ofrece el tiempo.
Tómatelo de otra manera.

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