Me sorprende muchísimo el poco tiempo que los medios de comunicación ha dado hoy al la manifestación que se produjo ayer, 23 de febrero del 2013, por los motivos ya conocidos y cada vez más generales. Se pide un cambio de gobierno y cada vez somos menos, pero más enfadados.
Todo parecía una concentración ciudadana más, como otras, ante las cortes pero con la barrera policial cortando la calle mucho más abajo de lo normal, y con una linea de bomberos que, no se si colaboraba con la policia con nosotros, impedía el acercamiento a las vayas.
A las 20:00 los bomberos se fueron, y el pueblo entró contra las vayas. Cuando nos quisimos dar cuenta, todas las entradas a la plaza de Neptuno estaban controladas por policias, que poco a poco iban presionando a la gente para desalojar. Yo elegí la salida sur, bajando por el Paseo del Prado hacia Atocha. El espectáculo lamentable empezó con un antidisturbios que perseguía a un hombre que iba andando solo. Con la porra le iba intimidando, y al ver que aquel hombre no le hacía ningún caso, levanto la porra para golpearle. Grite "te estamos viendo", y la gente se dio la vuelta para gritarle también. No es solo el hecho de querer golpear a un hombre solo por la espalda, es el hecho de al ver las críticas, bajar la porra, inflarse como un palomo y contestarnos con la misma inteligencia que un niño de 7 años en el recreo del cole cuando le hacen una falta jugando al fútbol. "eh, que.. eh, que...".
La protección que dan los cascos, los chalecos, las armas y los compañeros, todo ello pagado por el estado eliminan la poca conciencia que puedan tener. Si creo en la humanidad, prefiero pensar que todos se meten cocaína antes de ir a trabajar porque si no, no encuentro razón para ser tan despreciable y poco profesional.
Según me acercaba a Atocha empezaron los disturbios. Miles de camionetas bajaban rapidamente por el paseo de Prado hacia Ronda deAtocha, mientras un grupo de policias entraba a saco a la plaza del Reina Sofía. Empecé a ver un contenedor ardiendo a lo lejos y unas penosas barricadas echas con lo primero que se podía encontrar que en seguida desaparecieron. Un grupo de policías agarró a una chica por el cuello y la arrastraba hacia una camioneta mientras que, al grito de "a por ellos que son menos" un grupo de manifestantes les rodeaba e intentaba que la soltaran. No sirvió para nada.
Más sustos y más carreras hicieron de esa noche suficiente para reforzar mi sentimiento anti-policial. No puedo dudar de un cuerpo entero, ni voy a criticar independientemente la actitud de un profesional en concreto, solo quiero expresarme sobre el comportamiento de ayer.
Está claro que esto es una lucha ciudadana, y esto arto de quejarme de la violencia de los policias. Nosotros también somos violentos, ni la mitad, pero lo somos, y con razón. La corriente 15M en la que se ha puesto de moda ser Ghandi y pensar que los policias son obreros choca con esto. No son obreros porque no tienen conciencia de ello. Un obrero no aporrea a otro obrero. Nosotros luchamos contra este estado corrupto lleno de indignación, y el antidisturbios lucha contra esa lucha. Es el anti revolucionario, el antijusticia, el antirazón, y todo ello, pagado con nuestro dinero y nuestras nóminas, sin sobres en negro. El grito muy oído en todas la manifestaciones de "estas son nuestras armas" mientras se enseñan las manos quedará sustituido por cócteles molotov porque, ni los egipcios, ni los turcos, ni los cubanos, ni los rojos en la Rusia del Zar consiguieron el cambio que querían enseñando las manos. Ojalá pueda ser todo pacífico, cuando alguien le dice a un policia "eres obrero como yo" y el policía le responde con una porra en la sien, destruye todo elemento pacificador posible. No hay escusa. O con nostros, o contra nosotros, y no hay más.