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jueves, 9 de junio de 2011

Esperanza

Tranquilízate. Esto lo escribo para ti. Razones hay para sentir esperanza. Esperanza. Que mal he tratado a esa palabra. Es lo último que se debería perder y creo que ya lo he hecho. Pero hay otras que miro a mi cama, vacía, y pienso en lo bien que estaría verla como la luna; llena. Como utilizar el lenguaje para que me entiendas. Ni llenando el cielo con palabras podría elegir una correcta. Difícil de imaginar, imposible de describir y complicado de vivir. Seamos como los gusanos y esperemos a la metamorfosis. No sirve de nada vivir como una cucaracha, mucho tiempo pero sin salir de la alcantarilla. En cambio, hay mariposas nacen y mueren el mismo día.
¿Recuerdas nuestra canción?. No lo creo, aun no existe. Cuando llegue la reconoceremos. Tu te quedarás con la letra y yo con la música. Y, ¿que hay de la aurora boreal?. Yo buscaré en el cielo el color verde, y tu un tejado desde donde se vea mejor. ¿Silencio?. Los ojos no hacen ruido y hablan más que los labios. No recuerdo cuando fue la última vez que discutí con el espejo sin mediar palabra. El silencio es para que lo rompan los pájaras con su piar. Con el corazón no se siente, pero mantiene viva una mente que sabe lo que desea. El problema es cuando se desean cosas contrarias. ¿Deseo o necesidad?. Creo que voy a dejar de intentar cambiar el mundo, no puedo aguantar más decepciones, solo intentaré que el mundo no me cambie a mi. El mundo necesita un cambio, y yo también. Están creciendo algas a los pies de mi cama, todas las noches las riego con lagrimas saldas. ¿Desde cuando llevo solo? Desde que alegría se marchó de mi habitación. Un día me desperté y encontré una nota suya. "Cuando sepas quererme, volveré a buscarte". ¿Y esperanza? ¿cuando se marchó?. Dejó una nota que decía "Si realmente me quieres, ven a buscarme". Necesito a una para recuperar a la otra.
Antes soñaba con atardeceres en lo alto de acantilados. Veía como el sol se metía bajo el mar sin que se apagase su fuego. Hoy veo caras anónimas, pero entre tantas, ha vuelto a brillar el sol. Esperanza debe estar por aquí cerca, entre estos dos océanos brillantes. Una sonrisa mueve el mundo, prueba a sonreírme y verás como sonrío, pero ponte a llorar y formaremos una ría.
Esperanza, el día que te encuentre, solo tendré que esperar a que vuelva la alegría. Confío en que se acuerde del camino.

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