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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Bar gallego típico madrileño

Tal y como todos los días, entré en el restaurante gallego de Plaza España. -¿Cafe solo caballero? -Si, con hielo!- Me senté a tomármelo en la tipica banqueta, apoyado en la típica barra de cualquier bar madrileño. Es entonces cuando entró un señor muy mayor, de ochenta y cinco creo que dijo. Todos los camareros le saludaron y celebraron su visita. El hombre, muy contento, se acercó a la barra.

-¿Que le pongo caballero? 
-Una cerveza, que a veces hay que vivir bien. 
-¿Una copa de cerveza?
-Y unos callos.
-Callos con garbanzos ¿verdad caballero?

Típica conversación, en cualquier típico bar madrileño. Giré la cabeza a la izquierda. Allí estaba, muy cerca mía, tomando su cerveza. Iba con un traje negro y blanco, con una corbata roja brillante y sombrero. Era bastante alto, delgado para lo que a un octogenario se refiere, el pelo blanco y los ojos azules. De repente me acordé de mis modales.

-¿Quiere sentarse caballero? No hay más sillas.
-No! Tranquilo, soy mayor pero...
-Como quiera! Como estaba ahí comiendo de pie.

Silencio. El hombre me mira un par de veces.

-Póngale un vino a este joven, que ha sido tan amable de ofrecerme su asiento!
-No hace falta! Es lo mínimo!. Voy a entrar a trabajar ahora, y como me beba un chato de vino...
-Pues yo le pago el café. No suelo ver amabilidad.

Entonces el camarero se unió a la conversación.

-Es que la gente que sabe lo que quiere es así. ¿A que tu sabes lo que quieres?. Estos indignados saben lo que quieren. Que ya se yo que eres un indignado.

Pero... ¿!¿Cómo?!?

¡¡Ya me ha alegrado el dia!!

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