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lunes, 24 de octubre de 2011

Maldita esta noche

Maldita sea esta noche, y maldita sea la diosa que hoy no ha bajado del cielo. Maldito el olor que solo hace que no me olvide del sudor que empapaba tu espalda. Malditas sean las dunas coronadas por la luna. La piel brilla y es naranja, refleja la luz que las velas no quieren. El fuego consume el oxigeno de una habitación cerrada, y se agota entre gemido y gemido, una respiración que consume más de lo normal. Hombros arañados y cuellos mordidos. La herida que esta guerra ha dejado. Maldita sea esta noche en la que se ha declarado la paz. La mano se escurre contra cualquier parte de este cuerpo húmedo. ¿Qué es lo que la trajiste contigo? ¿Qué es lo que se ha quedado aquí, conmigo? La violencia que evoca el placer, la sinceridad que necesita la unión. La calma que precede a la tempestad se invierte y, maldita esta noche que solo hay calma. Lo apruebo. La luz apagada solo trae problemas. Porqué tanto frio, porqué tan solo y porqué tanto recuerdo. ¿Recuerdas tu? Diosa que volvió al cielo. Diosa que encontró las alas y regresó pero, soy gente mortal. 
Maldita esta noche que ha encontrado al dueño del colchón. 

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