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miércoles, 4 de mayo de 2011

Otro atardecer más

El día se acaba. Le quedan diez minutos de estancia al sol. No se con seguridad de que color es el horizonte, debe tenerlos todos. Desde el rojo que ven mis ojos hasta el azul, tras mi cabeza, regañando con el amarillo que desprende la ciudad. Hay unas pocas nubes, pero no interrumpen el lienzo en el que el cielo se ha transformado. Hay una cantidad importante de bichos volando entre la hierba baja. Les gusta este momento porque bailan. Suben, bajan, dan una vuelta, y vuelven a subir. Montones de espigas y cardos marcados por un halo naranja. Millones de particulas que nunca me he parado a ver de cerca están suspendidas en el aire, dejandose mecer por él hasta que acaban durmiendose. Los grillos cantan nanas, y las ranas les acompañan. Quieren que yo también me duerma y me quede allí. Un camino que se dirige hacia sol promete... Ha llegado la hora de irse a casa.

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