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lunes, 30 de mayo de 2011

Dios existe

Y siempre ha existido. ¿La prueba?. La historia de la humanidad es la prueba.
Dios nació del humano, no al revés, alguien lo creo y lo mantuvo vivo hasta nuestros días. Al principio fue libertad, esperanza y justicia ante una población desamparada. El Dios justiciero con los generales y amigo de los parias. Más tarde cambió, y la justicia cayó sobre el pueblo, siendo los poderosos los que dominaban bajo su mandato. Altos edificios se construyeron en su honor. Las más maravillosas obras de arte para el mismo creador creado. Sirvió de pretexto de conquistas y excusa de castigos que los hombres ponían a los hombres. Fue la lucha por el poder, con Dios al frente. Fue temido y amado, y más tarde contradicho. Los años de la razón sustituyeron el pensamiento único del Dios creador poniendo al hombre en su lugar. Nos crecimos, no vimos con su poder, nos creímos... en fin, nos creímos Dioses. Las conquistas no terminaron, la lucha continuó hasta que alguien mató a Dios con una frase. Nietzche demostró que Dios solo es una forma de ignorar la realidad. Con la muerte de Dios las guerras siguieron. Quedó claro que Dios no era quien las provocaba. Cada año que pasaba, se iba haciendo más pequeño su idea, y más grandes las riquezas a su alrededor. El pueblo siempre ha querido pan, y Dios se lo ha dado en forma de cruces y esperanzas. El hombre siempre ha necesitado normas que Dios ha impuesto a cambio de la vida eterna. Dios, creación de un liberador, es ahora el mayor y más viejo dictador. De las sombras, a la luz en unos dos mil once años.
El rico Dios de los pobres. El guerrero Dios de los pacifistas.

Realmente, Dios me da bastante lástima.

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