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martes, 12 de julio de 2011

Llegará el día.

El piano vuelve a sonar. Cada nota que toca es un trueno en el cielo.
Llegará el dia en que deje de hacerlo. Llegará el día que no habrá más colores que el gris. Llegará el día que los muertos no descansen, ni los vivos vivan, y puede que llegue el día en el que el barro entierre todas las flores que crecen sobre él. Llegará el día en el que cada piedra puesta a lo largo de la historia caiga, que el olvido sea el único recuerdo, y la soledad la única compañía. Llegará el día en el que los pájaros no canten más que odas a las cárceles que les encierran, y las olas interminables busquen un pedazo de tierra donde romper. Llegará el día en el que el cielo no sea algo que veamos al subir la cabeza, y el único recuerdo de tiempos mejores sean un pedazo de hierba dentro de un bote de cristal. Llegará el día en el que el piano deje de sonar.

Pero hoy no será ese día.

El piano sigue sonando. Cada nota que toca es un trueno en el cielo.

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